Al estado de Arizona le saldrá cara la ley antiinmigrante. Al menos es lo que se lee con los primeros resultados del Censo 2010, según el analista Michael P. McDonald, de la Universidad George Mason.


Lo primero que revelaron los primeros detalles del Censo fue un cambio en el mapa electoral. Estados como New York y Ohio perdieron escaños en la Cámara de Representantes, mientras que Texas ganó cuatro debido a los nuevos números. Pero las cifras del Censo también sirven para determinar el dinero que el gobierno federal distribuirá en los estados de la unión americana.


Ese detalle fue el que ignoraron los políticos de Arizona que apoyaron la ley que autorizó a la fuerza pública a detener a las personas indocumentadas o sospechosas de serlo. Según McDonald, los demógrafos del Censo proyectaron que la población del estado sería de 6,668,079 pero el número final fue 6,392,017. Se trata de 276,062 personas menos de las esperadas, el mayor déficit de todo el Censo.


McDonald plantea dos escenarios para explicar el error de cálculo: uno es que la población indocumentada se fue de Arizona, y el otro es que muchos temieron ser contados. Ahora Arizona dejará de recibir $775 millones en fondos federales.


Si bien los demógrafos del Censo pudieron calcular más de la cuenta, lo que está claro es los que nunca pensaron en las consecuencias de la ley antiinmigrante fueron la gobernadora Jan Brewer y otros políticos de Arizona.